El Edén
por ese acceso el camino es mas corto hasta El Edén.
La subida a ese Puesto de Guardaparques de La Julia debe ser una de las
mas empinadas en el Avila.
Se llega a la entrada de la Cota Mil por El Marqués, se deja el
vehículo y de ahí, hasta hay escalinatas para el comienzo de la
subida. Mucha gente sube directamente caminando desde Petare y
sitios cercanos.
Es uno de los accesos mas glamorosos, despues de Sabas
Nieves claro está, que es por donde sube el "tout" Caracas.
La lycra es el tejido predominante. Los ombligos y los
abdominales desnudos de las chicas aspirantes a modelos, las
pantorrillas atléticas, los elásticos traseros sin celulitis y
los escotes generosos son parte integral e indivisible del
entorno. Los tonos de rosado de las mejillas femeninas
abundante, pero delicadamente sudadas, disparan la
imaginación de los machotes.
Si alguna vez alguno de los atarrayeros anda buscando
pesca, uno de los mejores sitios de Caracas debe ser La Julia,
un fin de semana.
Porque uno sube por allí y se pregunta:
- Bueno, pero ¿dónde están los hombres en este país ?.
Cuestión que de paso le crea un compromiso a uno ;-/
Las minas suben de a tres, de a dos y hasta de a una, _solas_.
Las pintas, son para levantarle presión hasta al mas achantao.
Yo me pregunto si es que no les da miedo un ataque o una violación,
andando solas por ahí. Pero las muy provocadoras andan en una
actitud de:
- ¡Asalto es asalto !!!.
Pero al decir de algunas de mis alumnas de hace años, el peligro
es nulo, porque estos chamos de ahora "no sirven pa' ná".
¡No sacan bate!.
Los chicos suben de a dos y de a tres. También enfundados en
lycra, zapatos de marca, papeaotes, atléticos, con abdominales y torsos,
dolorosamente construidos en los gimnasios de moda, a fuerza de
aerobics, pesas y multifuerza.
Pero de las jevas, "ni pendientes"; pa' ponelo en el mismo lenguaje
de ellos.
No entablan conversación con el sexo opuesto, me imagino que
mas preocupados en mirarse unos a otros y a ellos mismos.
Ah, verdad, pero íbamos pa'l Edén. disculpen. Otro día les cuento
algo de un tipo de estos papeaotes.
Bueno, al pasar la frondosa fila sembrada de eucaliptos que es
La Julia, ya la fauna tirafísico desaparece casi por completo y
quedan solamente los boyescaos adultos fanáticos. Esos fulanos que andan
siempre con unas botas de caminar, una rama a manera de bastón,
una navaja swiss army, una cantimplora, un morral con estribos de
aluminio y una cara de anacoreta que no la brinca un venao (espécimen
en el cual me he convertido en los últimos años, por cierto).
Cosa que lo pone a pensar a uno si no será cierto el ominoso criterio
que los boyescaos de verdad son una pila de carajitos disfrazados
de pendejos, marchando detrás de un pendejo disfrazado de
carajito.
Bueno, de La Julia a El Edén la subida es un campo de orégano,
comparada con los peligrosos riscos, ventisqueros, precipicios
y anfractuosidades de la subida a Paraíso.
Silbandito iguanas pasamos por El Tanque, luego almorzamos en
El Mirador, lo cual queda como a 10 minutos del sitio de
destino, con las canillas previsoramente compradas por papi,
delicadamente emparedando el queso y el jamón. Frugal, porque
yo quería llevar champagne, langosta, salmón, pavo, champiñones
y escargots, pero la cesta de la merienda iba a ir muy pesada.
Finalmente, emprendimos la marcha hacia El Edén, el cual es un
paraje igual de tupido, igual de selva lluviosa tropical e
igual de Humboldt-Bompland-y-Bellerman que Paraíso, pero
todo mas pequeño.
Ahí nos pasamos una media hora disfrutando de la paz y la
quietud de ese recodo tropical que ven en el cuadro de
Bellerman.
La bajada fue solitaria, porque ya eran las cuatro de la tarde
de ese Domingo y ya a esa hora los caminantes ralean. De nuevo
fue gratificante el espectáculo de ver a mi pueblo desde lo alto,
sin mi presencia (:
Juan, desde Petare.
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