Tacones gastados.

Date: 20-01-97
To: atarraya@mit.edu
From: Juan Vazquez
Subject: Tacones gastados

Esos momentos de la tarde, después de llegar de Cata ó Catica a la casita de mi cuñada en el Playón de Ocumare de la Costa, cuando ya uno se ha sacado la sal y se encuentra meditando sobre la inmortalidad del ornitorrinco; escuchando los sonidos de la tarde, algún piar de pollitos detrás de una clueca, algún canto de pájaros que hacen sus pentagramas en los cables de la luz, con el sol ya bajo y comenzando a refrescar, un libro abierto en la mano, pero la mirada en otra parte ó la conversación de Elena, mi sobrina, que en realidad no es mi sobrina, sino de mi mujer; pero que me llama tío como todos los sobrinos de ella; a diferencia de los míos, que solo lo hacen cuando me quieren pedir algo.

Elena, a los 18 años, era una hermosa morena criollaza y delicada; dulce y serena, con un gran sentido del humor, muy en su sitio; muy segura de si misma. Sin poses extravagantes, ni exhibicionistas; con gran confianza en lo que quería.

La conversación bromista y casual derivó hacia sus intereses por los individuos del sexo opuesto.

- Chama, ¿y que es lo que una muchacha como tú le ve primero a un hombre?

Ya llevábamos rato bacilandonos uno a otro y la conversa había perdido algo de seriedad, pero todavía con mucho de sinceridad me contesta:

- Bueno, tío, - y hace la pausa de la picardía - una lo primero que le ve a un tipo que le esta cayendo a una, son los tacones de los zapatos.




- ¿¿¿ ???.

- Bueno, ... es que si los tiene gastados, es porque no tiene carro,... y si no tiene carro, no vale la pena... ja, ja, ja, ja,.... ;-).

Romántica nuestra juventud; ¿no?

Juan, desde Petare.

"Los hombres somos víctimas de los caballos lentos y las mujeres rápidas"
Mickey Rooney, despues de firmar su séptima sentencia de divorcio.